Nuestro quinto día en Nueva York comenzó muy prontito. Madrugamos bastante porque queríamos subir en el ferry gratuito que va a Staten Island y que pasa por al lado de la Estatua de la Libertad.
Este ferry sale desde Battery Park. Nos habían dicho que merecía más la pena que coger el barco para ir a Liberty Island donde se encuentra la famosa estatua. Yo ya había estado hacía muchos años viendo la estatua de cerca, incluso desde dentro, así que nos decantamos por coger el ferry gratuito.
El paseo dura unos 20 minutos de ida y 20 de vuelta y sí, se ve la estatua, pero algo lejana y con los cristales sucios del ferry de por medio. Vamos que nada que ver con la otra excursión de pago. Así que decidimos hacer la otra excursión también y más aprovechando la New York City Pass que también la llevaba incluida. Las vistas de Manhattan desde la estatua son impresionantes.
Además, con el mismo billete también visitamos Ellis Island que es conocida por ser el punto de recepción de los barcos de inmigrantes que debían pasar aquí un exhaustivo control antes de que se les permitiera entrar en el país. Algunos eran deportados y otros encarcelados. En la actualidad, Ellis Island y Liberty Island son considerados monumento nacional.
Durante esta jornada también nos acercamos al World Financial Center donde se encuentra el famoso toro, el Charging Bull o también llamado Toro de Wall Street y la bolsa de Nueva York. El toro representa la fuerza y el poder.
Próxima a la bolsa encontramos la iglesia cristiana Trinity Church, de estilo neogótico. También se encuentra allí el Banco Federal.Y también en esta zona estaban ubicadas las malogradas Torres Gemelas que se desplomaron tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Cuando nosotros visitamos la ciudad estaban en construcción dos torres nuevas que iban a ocupar la llamada Zona Cero. A día de hoy ya están terminadas e inauguradas.
Allí al lado hay un museo memorial relacionado con este cruel atentado terrorista. Nosotros no entramos porque no nos apetecía pasar un mal rato.
Después de visitar toda esta zona nos pusimos en camino hacia el Puente de Brooklyn. Queríamos pasear por los diferentes muelles del Río Hudson antes de cruzar el emblemático puente. Nos sorprendió el buen ambiente que había en los Piers con un montón de gente tomando algo después de trabajar. La zona estaba más que animada. Allí cerca encontramos un faro memorial por las víctimas del naufragio del Titanic en 1912.
En cruzar el Puente de Brooklyn se tarda aproximadamente media hora. Hay que tener cuidado con no invadir la zona de bicicletas puesto que los usuarios de las mismas se enfadan bastante si lo haces, y con razón.
Una vez en el barrio de Brooklyn dimos un paseo y nos acercamos a los pies del puente donde se encuentra el conocido RIVER CAFÉ y desde donde las fotos que se pueden tomar de Manhattan son auténticamente geniales. Vimos atardecer sentados en unos banquitos y disfrutamos de las vistas de Nueva York de noche con sus miles de luces que hacen que te metas de lleno en una de tantas películas rodadas allí.
Aquí acabó nuestro quinto día en esta fantástica ciudad. Sin duda, este viaje estaba siendo cansado pero completo y genial.