DÍA 5
INTREPID MUSEUM, GRAND CENTRAL TERMINAL, CHRYSLER BUILDING, CALLE 42, SOHO, LITTLE ITALY Y CHINATOWN
Y llegamos a nuestro quinto día en Nueva York.
El día comenzó muy temprano con un súper desayuno en nuestro apartamento de QUEENS. Necesitábamos fuerzas para afrontar las largas caminatas que esta ciudad nos tenía preparadas cada día. Una media de 17 kilómetros caminando cada jornada no está nada mal. Quizás hacer turismo por Nueva York puede sustituir a cualquier gimnasio durante unos días.
Bueno, después de desayunar nos pusimos en marcha y nos adentramos en el metro cuya parada más cercana está a escasos 300 metros de este apartamento.
Primera visita del día a un lugar que le hacía muchísima ilusión a Jorge: INTREPID SEA, AIR AND SPACE MUSEUM.
El nombre del museo ya lo dice prácticamente todo: portaaviones, transbordador espacial, submarino, aviones y avionetas de guerra y una visita estrella, el CONCORDE, el avión supersónico de transporte de pasajeros que unía Londres y Nueva York en tan solo tres horas.
Estuvo en funcionamiento entre 1976 y 2003. Un billete en el CONCORDE costaba alrededor de 6500 libras esterlinas. Un precio al alcance de muy pocos en esa época (y también en esta).
El accidente que sufrió este avión en París en el año 2000 fue el punto y final de la existencia de los aviones supersónicos.
Nosotros teníamos muchas ganas de verlo de cerca. Se puede entrar en su interior pero nuestra visita no coincidió con el horario de entrada al Concorde.
Aún así, es absolutamente impresionante encontrarse delante de un avión que transportó durante 20 años a 2 millones y medio de pasajeros a casi 2200 kilómetros por hora.
Otra de las visitas estrella de este museo es el PORTAAVIONES USS INTREPID, que fue construido durante la II GUERRA MUNDIAL para la Marina de los Estados Unidos.
Nos impresionó muchísimo por sus enormes dimensiones y por todo lo que alberga en su interior, desde el puente de mando, pasando por la cocina o los dormitorios. Y estar allí dentro e imaginarte todo en funcionamiento te pone los vellos de punta.
Hoy en día, dentro de este portaaviones hay zona de museo interactivo para los más pequeños e incluso una pequeña área infantil. Se trata del único museo de Nueva York situado sobre el agua.
En la cubierta podréis admirar montones de aviones, avionetas y helicópteros de diferentes épocas. Toda una aventura para grandes y pequeños.
En este museo también se puede visitar el interior del SUBMARINO GROWLER. Una visita no apta para gente que padezca claustrofobia y que nosotros no hicimos porque se formó una cola enorme y no nos apetecía pasar ahí gran parte de la mañana.
Si visitáis este museo no os podéis perder el TRANSBORDADOR ESPACIAL DE ENTERPRISE. A su alrededor encontraréis zonas interactivas relacionadas con el espacio así como fotografías, audios y películas relacionadas con el fascinante mundo de los viajes al espacio.
Las entradas las compramos ONLINE en la web del museo. Cuestan unos 33$. No son nada baratas, como casi ninguna atracción de pago en NUEVA YORK, pero a nosotros nos encantó la visita y a Sara también. Los niños menores de 4 años entran gratis.
Después de pasar allí unas dos o tres horas recorriendo las instalaciones, abandonamos el recinto para encaminarnos hacia la estación GRAND CENTRAL TERMINAL.
Saliendo del museo nos metimos por la calle 44 y pasamos sin buscarlo por el famoso ACTORS STUDIO, esa asociación de actores, escritores y directores de cine donde montones de grandes artistas comenzaron su formación. Algunos triunfaron y otro no, evidentemente. Pero es un lugar muy frecuentado por aquellos que aspiran a convertirse en estrellas de Hollywood algún día.
A escasos 300 metros de allí nos encontramos con una franquicia de SHAKE SACK y decidimos parar a comer a pesar de que no era muy tarde aún. De los restaurantes de comida rápida de hamburguesas que podemos encontrar en la Gran Manzana, nosotros nos quedamos con este sin ninguna duda.
Después de comer recorrimos la distancia que nos separaba de GRAND CENTRAL TERMINAL (unos 700 metros) y nos tomamos un café en su interior mientras Sara devoraba unos macarrones con tomate de GRAND CENTRAL MARKET. Se trata de un mercado repleto de exquisiteces que se encuentra dentro de la misma estación.
Esta estación es una de las más grandes del mundo, y por ende, una de las que más movimiento tienen tanto para trenes de larga distancia como de cercanías. Más de 500.000 personas pasan por ella cada día y alberga en su interior unos 100 comercios entre restaurantes y tiendas.
La hemos visto en montones de películas como escenario de reencuentros o despedidas y por eso es un lugar que nos resulta familiar a todos.
Para mí es uno de los lugares que más ilusión me hacía conocer la primera vez que visité Nueva York. Tiene un "no sé qué" que la hace especial.
Y si podéis tomar un tren desde allí para hacer una excursión a Boston, Washington o a algún pueblecito cercano a la ciudad, pues mejor que mejor.
GRAND CENTRAL STATION, como todos la llaman, se inauguró en 1913 tal y como ahora la conocemos. No obstante, allá por 1871 ya hubo ahí mismo otra estación llamada GRAND CENTRAL DEPOT.
El MAIN CONCOURSE o vestíbulo principal es la parte más espectacular de la estación. Una enorme bandera del país se despliega bajo un techo que parece simular el cielo con sus constelaciones. El ir y venir constante de pasajeros y turistas convierten este lugar en una mezcla de estrés y disfrute.
En el DINING CONCOURSE encontramos diferentes puestos de comida donde comprar algo rápido y sentarnos en las mesas de delante a descansar y reponer fuerzas. Una idea barata y cómoda para comer durante la visita a la estación.
La tienda de merchandising del NEW YORK TRANSIT MUSEUM es genial, no os la perdáis. Si, como yo, sois fans del metro de Nueva York os encantarán los recuerdos que podréis adquirir allí. Desde paraguas, mochilas, calcetines, libros para colorear o maletas...todo con los logos típicos del metro de la ciudad. Perfecto para hacer un regalo original que sirva de recuerdo de Nueva York. Echad un vitazo a su web AQUÍ porque os va a encantar.
Y bueno, si el interior de la GRAND CENTRAL TERMINAL es de ensueño, la fachada exterior no se queda atrás.
Por el lado de PARK AVENUE vemos la estación cobijada bajo el amparo del imponente e icónico rascacielos METLIFE. Una de las imágenes más repetidas de la Gran Manzana y una de mis favoritas.
Por el lado opuesto, el recayente en la CALLE 42, encontraremos la entrada más clásica, muy próxima al edificio CHRYSLER, otro de los rascacielos más emblemáticos de la ciudad, junto al EMPIRE STATE.
Dado que nos encontrábamos tan cerca del EDIFICIO CHRYSLER no quisimos dejar pasar la oportunidad de entrar en su vestíbulo, algo que nunca habíamos hecho en otras visitas a Nueva York.
Este rascacielos de estilo ART DECÓ ostentó del título de "edificio más alto del mundo" durante tan solo unos meses. Durante los años 30 había un lucha por conseguir construir la edificación más alta así que, no es de extrañar que, poco después, el EMPIRE STATE le arrebatara este honor al CHRYSLER.
Inaugurado en 1930, el Chrysler tuvo un mirador en su azotea, pero debido a la gran competencia del observatorio del Empire State Building, tuvo que cerrar. Y de esto ya hace la friolera de 75 años. Quizás hoy en día, con la gran cantidad de terrazas y miradores nuevos que van apareciendo en la ciudad, puedan replantearse su reapertura. Sería genial obtener un nuevo punto de vista de esta increíble ciudad.
Pues bien, como no podíamos subir a su azotea, nos tuvimos que conformar con visitar su vestíbulo ya que puede hacerse en horario de oficina sin ningún problema (8'00-18'00h aproximadamente)
Su interior, de estilo ART DECÓ es digno de ver, en especial los ascensores y el techo. Nosotros fisgoneamos un ratito por dentro y nos pareció precioso. Hay unos carteles que cuentan la historia del edificio y de su construcción.
Tras esta visita decidimos caminar un rato por la zona y descubrimos muy cerquita el edificio donde supuestamente trabajaba SUPERMAN como periodista: DAILY NEWS BUILDING. Allí también se puede acceder al vestíbulo siempre que lo hagáis en horario de oficina y repetando a la gente que está trabajando, claro. Este rascacielos, construido en 1929, está inscrito en el Registro Nacional de Lugares Históricos desde 1982.
Allí mismo, en la CALLE 42, si os alejáis un poquito, obtendréis una panorámica preciosa de la calle con el CHRYSLER al fondo. Nueva York es fotografiable desde todos los rincones posibles, la verdad.
Después de un breve paseo por esta calle buscamos la parada de metro más cercana y nos encaminamos hacia el SUR DE MANHATTAN, a la zona del SOHO.
El SOHO es un barrio situado en el SUROESTE de Manhattan. Se caracteriza por sus calles adoquinadas y por sus edificios de hierro fundido (Cast-Iron Buildings) con las escaleras de incendios bajando por sus coloridas fachadas.
Un barrio repleto de tiendas de moda, locales nocturnos, restaurantes de lujo, galerías de arte, tiendas de segunda mano, exquisitas boutiques y cafeterías bonitas que convierten tu paseo por allí en una experiencia genial y obligatoria en una primera visita a Nueva York (y en cualquiera de ellas).
Este barrio pasó de ser un barrio obrero repleto de fábricas a convertirse en el lugar más de moda de Nueva York y uno de los lugares más caros para vivir.
¿Qué hacer en el SOHO NEOYORQUINO? Sin duda, el plan estrella es ir de compras. No obstante, si el shopping no es tu afición favorita puedes callejear y disfrutar simplemente del ambiente que desprenden sus calles o tomarte un café y disfrutar viendo la gente pasar.
La calles que no te puedes perder por nada del mundo son PRINCE ST, SPRING ST y, por supuesto, BROADWAY.
A un tiro de piedra encontraréis el pequeño barrio italiano conocido como LITTLE ITALY. Aunque realmente son muy pocas calles las que lo conforman, es agradable pasear por él o incluso comer o cenar en alguno de sus típicos restaurantes.
La calle principal de este barrio es MULBERRY ST.
La historia de este barrio se remonta a finales de 1800 cuando muchos inmigrantes italianos llegaron a la ciudad buscando el ansiado sueño americano.
En la actualidad, Little Italy se ha ido haciendo cada vez más pequeño en oposición a lo que ocurre con Chinatown , ese barrio "vecino" que no para de crecer.
A pesar de ello, la esencia italiana permanece en la calle Mulberry y en algunas otras calles perpendiculares a ella. Es otra visita imprescindible en Nueva York, por supuesto.
Respecto a CHINATOWN, deciros que es el barrio chino más grande de los ESTADOS UNIDOS. Allí viven aproximadamente unos 140.000 ciudadanos chinos.
La comunidad china comenzó a llegar a Nueva York a mediados del siglo XIX. Desde entonces, el crecimiento ha sido espectacular.
Los chinos conservan sus tradiciones y su cultura lo que hace que este barrio sea como un pequeño país dentro de la gran urbe. De hecho, muchos habitantes del barrio a penas saben hablar inglés a pesar de haber vivido allí gran parte de sus vidas.
Tiendas de comestibles chinos, restaurantes, patos laqueados colgando tras los cristales y farolillos que adornan todos los rincones. Este barrio es digno de ver, es como viajar a China durante unas horas.
En CHINATOWN está ubicado el COLUMBUS PARK, un punto de encuentro para los habitantes del barrio y también para el resto de neoyorquinos.
Los chinos más ancianos se reúnen en este parque para jugar a las cartas o para practicar Tai chi. Es habitual verles allí sentados pasando el rato con amigos y escapando un poco del bullicio de las calles más comerciales.
En CHINATOWN se venden muchas imitaciones de bolsos, relojes o ropa. En las calles CANAL ST o en MOTT ST encontraréis montones de puestos de souvenirs y puede que os inviten a pasar para conocer productos que tienen en su interior y que, obviamente, son falsos. Cuidado porque a veces su precio es demasiado elevado y se aprovechan de los turistas que buscan "gangas".
Si sois amantes de la comida oriental, podéis aprovechar para probar sus delicias en alguno de los muchísimos restaurantes que encontraréis en este barrio...recordad... ¡es como estar en China de verdad!
Nosotros pasamos toda la tarde entre Soho, Little Italy y Chinatown (están juntos) y acabamos cenando en Chinatown. Estábamos muy cansados porque no habíamos parado de caminar desde las 7 y media de la mañana.
Cuando empezó a anochecer, cogimos el metro y nos fuimos a nuestro apartamento a descansar.
Otro día inolvidable a nuestras espaldas.
Al día siguiente teníamos un plan muy chulo que nunca habíamos hecho antes en Nueva York y, además, recogeríamos un coche de alquiler para seguir nuestra aventura por la Costa Este de este país fascinante.
Pero eso os lo cuento en el siguiente post.
Espero que os haya gustado y que os pueda servir de utilidad este post sobre nuestro viaje por la COSTA ESTE DE EEUU.
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¡FELIZ DÍA!