¡Y seguimos con nuestro viaje por Italia!
Después de perdernos en la encantadora Verona nos pusimos en camino hacia nuestro siguiente destino. Este fue el trayecto más largo que hicimos en todo el viaje ya que había que llegar desde Verona hasta GÉNOVA, en la costa mediterránea.
Génova es una ciudad bastante grande (la sexta italiana) y muy caótica (a mi parecer). Cuenta con edificios majestuosos, enormes, monumentales pero sin embargo, a la hora de callejear , ya sea en coche o andando, corres el riesgo de perderte por sus intrincadas calles a diferentes niveles, avenidas, plazas, túneles, etc. Quizás fue mi impresión solamente pero me pareció «incómoda» de recorrer porque además de esta forma que tiene, está todo en montaña (uuuuhhhh).
La zona más conocida es el Puerto Antiguo y recordemos que fue y sigue siendo uno de los principales puertos comerciales del mediterráneo.
Lugares que no te puedes perder hay unos cuantos: Porto Antico (que alberga el Acuario más grande de Europa), Piazza Ferrari, el Palacio de San Jorge, Catedral de San Lorenzo, Casa Natal de Cristóbal Colón, Porta Soprana, Palacio Ducal, Castello d’Albertis, Via Garibaldi (declarada Patrimonio de la Humanidad por la cantidad de edificios y palacios renacentistas que conserva).
En definitiva, perderse por las calles de Génova os resultará tan inevitable como hermoso. Así que si algún día la visitáis, tened todo esto en cuenta.