Esta escapada, como ya os conté en el post de PREPARATIVOS Y ORGANIZACIÓN, comencé a prepararla gracias a un vuelo muy barato que encontré con la compañía de bajo coste RYANAIR.
Vuelo VALENCIA-FRANKFURT HAHN por menos de 40 euros ida y vuelta por persona. Teníamos que aprovecharlo sí o sí…y bien que lo hicimos.
*IMPORTANTE? En Frankfurt hay dos aeropuertos (FRANKFURT HAHN y FRANKFURT DEL MENO). Nuestro vuelo inicialmente era a FRANKFURT HAHN (que tiene una ubicación perfecta para visitar el Valle del Mosela) pero RYANAIR canceló nuestro vuelo y nos permitió cambiar al otro aeropuerto sin coste alguno en nuestros billetes.
Aunque el otro aeropuerto estaba más alejado de nuestra ruta, no nos importó y pudimos completarla sin prisas y sin problemas. Pero recordad, si vais a hacer una ruta parecida a la nuestra, os recomiendo que voléis a FRANKFURT HAHN.
Una vez tuvimos comprados los vuelos me puse a inspeccionar el mapa para ver todo lo máximo posible que se encontrara a una distancia prudencial del aeropuerto de Frankfurt.
Lo tuve claro. Aunque supusiera un poco de estrés es tan solo seis días…teníamos que descubrir un poco de cada una de estas regiones:
-El Valle del Mosela en Alemania
-La Selva Negra en Alemania
-La Alsacia Francesa
Quizás nuestro plan era algo ambicioso pero, alquilando un coche y con ganas, todo era posible…
Alquilamos el coche a través de RENTALCARS, con los que siempre hemos tenido muy buenas experiencias.
Esta compañía te ofrece diferentes precios de todas las empresas de alquiler de vehículos disponibles en tu destino. Eliges la que quieres y haces la reserva con RENTALCARS. Si tienes dudas, disponen de un teléfono de atención al cliente y ellos median con la empresa de alquiler.
¿Dónde nos alojamos?
En total fueron 5 noches de alojamiento que distribuimos de la siguiente manera:
1 noche en FRANKFURT
2 noches en COCHEM (Valle del Mosela)
2 noches en ESTRASBURGO (Alsacia francesa)
Nuestro vuelo procedente de Valencia llegó sobre las 19h así que decidimos alojarnos en algún hotel relativamente cercano al aeropuerto para así al día siguiente madrugar y emprender nuestro camino hacia el primer destino.
Nos alojamos en el HOTEL NH FRANKFURT AIRPORT WEST, a unos 10 minutos en coche del AEROPUERTO DE FRANKFURT DEL MENO.
El hotel, a un precio súper asequible para los tres, tenía además el desayuno incluido. Un desayuno tipo bufet, súper completo. Las habitaciones bastante grandes y limpias. Nos pareció genial la relación calidad/precio. Lo recomendamos sin duda alguna.
Además, cerca del hotel, encontramos un restaurante-asador para cenar. Todo estaba súper rico y cenamos de maravilla los tres. Para nosotros una carne a la piedra que estaba de muerte y para Sara una cena más que contundente para ir aclimatándonos a la gastronomía alemana…jajaja. Se llamaba CORNER STEAKHOUSE. Muy recomendable si os alojáis en este hotel.
Después de esta copiosa cena, nos retiramos al hotel a descansar. Al día siguiente nos esperaba un día muy completo de aquí para allá.
DÍA 1:
Nos despertamos bastante pronto (nos gusta madrugar) y, después de desayunar, maletas al coche y rumbo a nuestra primera parada del día…EL PUENTE EN SUSPENSIÓN DE GEIERLAY, el puente colgante más largo de Alemania, ubicado en un marco incomparable.
Situado a aproximadamente 1 hora y media del Aeropuerto principal de FRANKFURT, este puente fue inaugurado en 2015 (es bastante reciente). No obstante, ya se ha convertido en una de las principales atracciones turísticas de la zona (el cañón de Geierlay entre Mörsdorf y Sosberg).
Tiene una longitud de más de 300 metros y está suspendido a unos 100 metros de altitud. Si os preguntáis si se mueve…SÍ SE MUEVE BASTANTE, pero a nosotros no nos dio miedo ninguno…ni a Sara tampoco.
¿Cómo llegar? Hay que llegar al pueblo de MÖRSDORF y aparcar en los aparcamientos habilitados (2€/2 HORAS) y caminar durante un kilómetro y medio (casi dos) por una zona cómoda y accesible (con carritos de niños no hay problema).
El recorrido no es nada pesado pero eso sí…ahí va un consejo: madrugad si queréis verlo sin montones de personas.
Nosotros no llegamos súper pronto (serían las 10 de la mañana) y ya había bastante gente, y eso que no era temporada alta. En verano tiene que ser una fiesta aquello, me imagino.
Después de la visita, volvimos caminando al aparcamiento y decidimos tomar algo en el restaurante que hay allí mismo. La comida no estaba mal y la cerveza tampoco…jajaja.
Dimos por finalizada esta visita y pusimos rumbo a nuestro siguiente destino: EL CASTILLO DE BURG ELTZ. Se trata de un precioso castillo medieval ubicado en las colinas sobre el Río Mosela.
Está rodeado de bosques y fue propiedad de la misma familia durante más de 30 generaciones. Sirvió de hogar y de fortificación defensiva. Es una joya del medievo que no deberíais dejar de visitar si recorréis el Valle del Río Mosela.
Tendréis que aparcar en las zonas habilitadas y os recomiendo que lo hagáis en la zona final del parking y que comencéis el descenso por allí.
Os encontraréis los miradores más maravillosos para contemplar este increíble paisaje. Nosotros fuimos y volvimos por el mismo camino porque es el más bonito, pero también se puede seguir la ruta y te vuelve a llevar al aparcamiento.
Es un lugar increíble, la verdad. Os recomiendo llegar pronto por la mañana porque hay muchísimos visitantes. Si queréis hacer bonitas fotos justo delante tendréis que madrugar..para no encontraros con esto…jajaja
Aún así, si las fotos os importan más bien poco, podéis ir a la hora que os venga bien, como hicimos nosotros. Nos gustan las fotos, sí, pero no organizamos nuestra ruta en torno a ellas, eso seguro…
Se puede entrar al CASTILLO DE BURG ELTZ pero nosotros no lo hicimos. La entrada cuesta 10€ por persona pero si vais en familia cuesta 28€ para cuatro miembros.
Nosotros, tras pasar un rato allí abajo descansando y contemplando semejante panorama, nos dirigimos de nuevo al coche y nos pusimos en camino hacia COCHEM, donde pasaríamos nuestra segunda noche de viaje.
Nos alojamos en un hotel que, aunque no era barato, lo recomiendo muchísimo. Por las vistas, por las habitaciones, por el increíble desayuno (con vistas al Castillo de Cochem), por la amabilidad del personal, por el parking y por la distancia al centro de Cochem (10 minutos caminando).
Se trata del PARKHOTEL COCHEM. Pasamos dos noches allí y nos hubiésemos quedado una semana. Es fantástico y completamente nuevo y reformado. Además tiene un restaurante italiano con súper buena pinta. No lo pudimos probar porque justo era el día que cerraba.
Nos acomodamos en el hotel, nos dimos una ducha y nos fuimos a conocer este pintoresco pueblo del Valle del Río Mosela. Se trata de la ciudad más importante de la zona y, por ende, la más turística. También podríamos decir que es la más bonita. Desprende encanto a raudales y eso se aprecia nada más poner un pie en sus empedradas callejuelas.
Simplemente nos dejamos llevar por sus calles y plazoletas, por sus bonitos rincones, sus preciosas tiendas y sus cálidos bares y restaurantes.
El CASTILLO DE REICHSBURG y el centro histórico de la ciudad, también llamado Altstadt, son los dos grandes atractivos que alberga esta población.
Nuestra intención era subir al castillo. Se sube con un autobús que parte desde el pueblo y, recorriendo diversas calles, te deja a los pies de la fortificación. También se puede subir caminando. Son unos 15 minutos.
Nosotros nos perdimos por las ajetreadas calles de la localidad y ya desechamos la idea de subir al castillo. Lo dejaremos para la próxima ocasión, que seguro que la hay.
Cochem tiene muchísimo ambiente, por eso lo escogimos como «campamento base» para las dos noches. Nos gusta el ajetreo, ¿qué le vamos a hacer?
La Plaza del Mercado o Marktplace, es el lugar más animado de la ciudad y también uno de los rincones más bonitos que encontrarás paseando por Cochem.
Destacan aquí su Ayuntamiento de estilo barroco, la Fuente de San Martin y la Iglesia de San Martin, con su peculiar campanario que se eleva por encima de todos los antiguos edificios y que se convierte en la estructura más alta de toda la población.
Tras un largo paseo, decidimos tomarnos algo y de paso cenar a una hora prudente en uno de los montones de restaurantes que encontramos a nuestro paso. Hay de todo tipo y de todos los precios así que no tendréis problema.
Tras la cena y la correspondiente sobremesa, nos retiramos a nuestro hotel a descansar con estas vistas del Castillo de Cochem y a organizar un poco las paradas que haríamos al día siguiente.
Pero eso os lo contaré en el siguiente post…
Espero que os haya gustado y que os pueda servir de utilidad este post sobre nuestra RUTA POR ALEMANIA Y FRANCIA.
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¡FELIZ DÍA!