Norte de Marruecos, Día 4: Rabat

Nos despertamos en TÁNGER, en nuestro precioso RIAD Malabata Guest House a las afueras de la ciudad. Un riquísimo desayuno nos estaba esperando.

Compartimos risas y conversación con unos españoles que también se alojaban allí y que disfrutaban de un viaje sorpresa de cumpleaños. ¡Cuánto me gustan estas sorpresas!

Nuestro cuarto día en tierras marroquíes nos condujo hasta la capital del país: RABAT.

El trayecto TÁNGER-RABAT es cómodo y rápido. Se hace por una de las pocas autopistas que hay en Marruecos y se tardan aproximadamente unas dos horas y media en llegar.

Nuestro alojamiento en RABAT estaba ubicado en plena Medina y os puedo decir que era un sitio de ensueño.

Os lo recomiendo muchísimo por un montón de razones: ubicación, decoración, confort, trato súper amable de su dueña y de las empleadas y un desayuno rico y variado. Se trata del RIAD DAR MAYSSANE y esto que veis en la siguiente foto fue nuestra habitación...siiii! ¡Alucinante!

Después de instalarnos en nuestra pedazo de habitación, nos dispusimos a explorar la ciudad de RABAT siguiendo algunas indicaciones que nos había dado la simpatiquísima dueña del RIAD.

RABAT es la capital del Reino de Marruecos y es el lugar donde se ubican las embajadas de muchos países.  Esta ciudad fue declarada PATRIMONIO MUNDIAL por la UNESCO.

Muy cerca de Rabat se encuentra Salé, que es una pequeña ciudad llena de barrios residenciales. Ambas ciudades son monumentales y llenas de historia.

Rabat es una ciudad muy turística que atrae a muchísimos visitantes cada año. Es un lugar ideal para compras de artesanía (alfombras, cerámica o cestería), playas, arte, cultura, deportes náuticos y mucho más.

El punto fuerte para todo el mundo que visita RABAT es la MEDINA ANTIGUA junto a la desembocadura del río Bou Regreg.

Visita obligada es la famosísima KASBAH de los OUDAYAS, una auténtica joya para descubrir en la ciudad de RABAT. En sus orígenes fue una pequeña fortaleza emplazada en lo alto de la ciudad.

Después, con el tiempo, pasó a ser una ciudadela y un pequeño intrincado de calles preciosas teñidas de azul que albergan tesoros ocultos. Su puerta principal es la BAB OUDAIA.

En su interior encontramos los conocidos JARDINES ANDALUSÍES, la mezquita JEMÂA AL ATIQ o el MUSEO NACIONAL DE JOYERÍA.

No os podéis perder un té y unas pastas en el CAFÉ MAURE, todo un emblema en la ciudad  que nos  recomendaron en el alojamiento.

Otra parada obligatoria es la explanada-mirador denominada PLATAFORMA DEL SEMÁFORO.

Desde allí se contemplan unas vistas preciosas de la ciudad y de la PLAYA DE RABAT donde los locales suelen ir a pasar el día cuando el calor aprieta.

La KASBAH de los OUDAYAS fue nuestra primera parada en nuestro paseo por la capital de MARRUECOS. Nada más entrar, unos cuantos locales se ofrecen a hacerte de guía por un módico precio.

Aunque no es necesario, nosotros recorrimos los intrincados callejones acompañados por un chico muy majo que nos explicó la historia y los entresijos de este bello lugar de RABAT.

Tras recorrer todas las calles de la KASBAH, nos dirigimos a un sitio que nos habían recomendado para comer. Se trata de LE DHOW, un restaurante situado en una barco de madera y decorado de una manera espectacular. ¡Precioso!

Desde el mismo barco se obtienen unas vistas privilegiadas de la KASBAH, del río y de RABAT en general.

Tras el largo paseo por la KASBAH, las cervecitas y la rica comida en LE DHOW nos supieron a gloria.

Después de una larga sobremesa en este restaurante-barco, fuimos a dar un paseo por toda la orilla del río hasta llegar caminando a uno de los puntos más emblemáticos de la ciudad.

El paseo tiene algunos bares y restaurantes, redes de pescadores que faenan por las mañanas, niños jugando y pocos adultos paseando.

No es la típica zona de playa donde solemos pasear en España. Aún así, resulta curioso darse una vuelta por allí.

El paseo desde el barco donde comimos hasta la TORRE HASSAN y el MAUSOLEO A MOHAMMED V duró unos 20 minutos aproximadamente.

Pasamos por la PLAZA 16 DE NOVIEMBRE y los JARDINES TOUR HASSAN.

La TORRE HASSAN es el alminar de la antigua mezquita que nunca fue acabada y que se levantó en 1197 por orden del sultán Yaqub Al-Mansur.

El acceso al recinto es completamente gratuito.

Esta torre se construyó siguiendo la misma estética que la Giralda de Sevilla y la Kotoubia de Marrakech. Tenía que haber medido unos 80 metros de altura pero se quedó inacabada justo en la mitad.

De hecho, esta Mezquita inacabada pretendía hacerle la competencia a la grandiosa Mezquita de Córdoba. Pero, desafortunadamente, en 1199, el sultán falleció y la mezquita quedó sin terminar.

Allí se alza ese imponente alminar y las columnas deterioradas por el tiempo y el terremoto que acaeció en 1755 y que llevó al conjunto a un estado ruinoso. Las ruinas fueron recuperadas cuando se construyó el MAUSOLEO DE MOHAMMED V y actualmente el conjunto se halla impecablemente conservado.

La explanada atrae a montones de turistas por su historia, su belleza, su tranquilidad y por el carácter fotogénico del conjunto.

Justo en frente de la TORRE HASSAN encontramos el MAUSOLEO DE MOHAMMED V, donde descansan los restos del monarca considerado como el padre de la independencia de Marruecos.

La fachada y el interior de este edificio son impresionantes. Fachada cubierta de mármol italiano y bellamente decorada con formas geométricas.

En su interior las tumbas de Mohammed V y de sus hijos cobijadas bajo una cúpula que te deja con la boca abierta. Este lugar está considerado como una de las obras maestras de la arquitectura marroquí.

Junto al MAUSOLEO DE MOHAMMED V se alza la MEZQUITA mandada construir por HASSAN II. Destaca la belleza y majestuosidad de sus puertas. Cuando nosotros llegamos, la mezquita estaba cerrada.

Podemos afirmar que la visita a RABAT merece mucho la pena aunque sea solamente por pasear por este conjunto monumental que nos dejó totalmente impresionados.

Nosotros le dedicamos casi toda la tarde a esta visita y nos quedamos con ganas de más. La gente local suele ir a pasear por esta zona y a sentarse para observar a turistas y visitantes.

Es un lugar que invita a sentarse y mirar. Mirar pasar a la gente que observa  y fotografía perpleja  tan precioso conjunto.

Emprendimos el camino de vuelta hacia la MEDINA ANTIGUA, donde estaba nuestro alojamiento. Estábamos agotados pero muy felices. Rabat nos estaba encantando.

Llegamos a nuestro precioso alojamiento que nos esperaba aún más bonito de noche que de día. ¿Os he dicho ya que os lo recomiendo muchísimo? jeje.

Tomamos algo ligero allí para cenar y nos fuimos a dormir como reyes a nuestra habitación.

Rabat nos había dejado muy buen sabor de boca y eso que aún nos quedaba un bonito rincón por descubrir.

Pero eso os lo cuento en el siguiente post...

Espero que os haya gustado este post sobre RABAT y que os pueda servir de ayuda para organizar vuestra ruta por el Norte de Marruecos.

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