Nuevo día de ruta y muchas ganas de conocer lo que nos deparaba el día de hoy. Después de un buen desayuno en nuestro apartamento de Annecy nos pusimos en camino hacia Chamonix. La distancia que recorrimos en este trayecto fue de aproximadamente 100km. Vaya cien kilómetros de paisajes verdes y vistas espectaculares. ¡Increíble!
CHAMONIX, población francesa situada a los pies del MONT BLANC, una de las montañas más altas de Europa (4810 m). Este pequeño pueblo es un punto de encuentro importante para los amantes de la nieve, de las montañas y de la naturaleza en general. Se trata de un lugar donde la oferta y variedad de actividades para hacer tanto niños como mayores es infinita. Podrías estar quince días allí y no te aburrirías ni un solo momento.
Depende de la estación del año en la que visitéis la zona podéis esquiar, hacer senderismo, visitar parques temáticos, subir en trenes cremallera y teleféricos varios, escalar, tiraros en parapente, tiraros en trineo o alquilar bicicletas de montaña, entre muchísimas otras actividades.
Chamonix-Mont-Blanc ofrece al visitante un sinfín de opciones para saborear y disfrutar la zona como se merece. Os recomiendo que echéis un vistazo a www.chamonix.com. para planificar bien vuestra visita.
Los lugares más impresionantes son los que se encuentran en lo alto de las montañas y a los que se sube con diferentes trenes cremallera y teleféricos. Los más frecuentados son: Glaciar de Bossons, Montenvers, Flégère, Planpraz-Brévent o Aguille du Midi.
La atracción estrella de Chamonix es, sin duda, L’AGUILLE DU MIDI.
L’AGUILLE DU MIDI es un punto situado a 3.777 m de altitud al que se accede con un teleférico que te lleva allí en 20 minutos desde Chamonix. Ofrece unas vistas espectaculares de los Alpes. Para los más atrevidos existe la posibilidad de subir en ascensor a una terraza que te lleva a 3.840 m de altitud. Allí hay una plataforma de cristal que te sitúa a unos mil metros de altitud en vacío bajo tus pies. El precio del billete para un adulto es de 58€ ida y vuelta.
Nosotros no pudimos subir a L’Aguille du Midi porque, debido a la altitud, no está permitida la subida a menores de 3 años. En casi todos los demás lugares no hay ningún tipo de problema para ir con niños. Al contrario, está súper preparado para ellos.
Aunque esta vez no pudo ser porque venía la pequeña Sara, cuando no sea tan pequeña, es algo que pienso hacer en cuanto se me presente de nuevo la oportunidad. Y si no, ¡ya la buscaré yo! jajaja.
Aunque pueda parecer que no, la zona de Chamonix está muy enfocada a hacer miles de actividades con los más pequeños de la casa. Hay muchísimos otros lugares donde los niños disfrutarán de lo lindo.
Nosotros queríamos probar la experiencia de subir en un tren cremallera a cierta altitud y nos decidimos por MONTENVERS, donde el típico trenecito rojo nos llevó en 20 minutos hasta los pies del impresionante MER DE GLACE, el glaciar más largo de Francia. Está situado a una altura de casi 2000 m. Las vistas desde allí son inimaginables. Hay que ir para disfrutarlo y vivirlo. El precio del billete de ida y vuelta es de 31€.
Después de tomarnos un tentempié en su terraza panorámica y de dar un paseo por toda la zona, nos bajamos de nuevo a Chamonix con el tren cremallera.
Nos dedicamos a recorrer durante un buen rato el pueblo lleno de casitas y hoteles de madera engalanados con flores por todas partes. Una auténtica belleza de lugar.
Pero, desafortunada o afortunadamente (según se mire), nuestra ruta tenía que continuar y nuestra siguiente parada del día estaba en un nuevo país: SUIZA. Y concretamente en la ciudad de GINEBRA.
Aquí una ADVERTENCIA IMPORTANTE: para moverse por las autopistas y autovías suizas es IMPRESCINDIBLE llevar pegada en la luna delantera del coche una pegatina que se puede adquirir en gasolineras u oficinas de correos. La llaman «VIGNETTE» (Viñeta). Tiene un coste de unos 40€ y es válida desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre del año en curso. Podéis informaros más sobre ella e incluso comprarla AQUÍ.
Desde Chamonix a Ginebra teníamos unos 90 kilómetros, con lo cual, íbamos súper bien de tiempo para llegar al hotel, ducharnos y salir a conocer la ciudad.
De nuevo nos alojamos a las afueras de la ciudad, en el pueblecito de Divonne-les-Bains (Francia). No sé ni cuántas fronteras pasamos ni cuántas veces pasamos de Suiza a Francia y viceversa. En esta zona están tan juntitos los dos países que a veces no sabes en cuál estás.
Nos alojamos en el Zenitude Hôtel-Résidences L’Orée du Parc, unos apartahoteles geniales, bien equipados y situados en una zona muy tranquila. Después del breve descanso pertinente de todos los días nos dirigimos al centro de Ginebra (a unos 20 minutos en coche).
Ginebra es la segunda ciudad suiza después de Zurich. Curiosamente, ninguna de las dos es la capital del país ya que ésta es BERNA. Ginebra está considerada un gran centro financiero debido a la presencia de muchas organizaciones internacionales que tienen aquí su sede, como las Naciones Unidas o la Cruz Roja.
Ginebra se puede recorrer en un día sin problemas. Nosotros lo hicimos en una tarde y vimos casi todo lo más importante. Por supuesto, y como siempre digo, cuando más tiempo se tenga pues mucho mejor para sacarle la esencia al lugar.
¿Qué ver en Ginebra?
En esta ciudad hay mucho para ver y hacer pero, como en todas partes, hay ciertos imprescindibles que no podéis dejar de visitar sí o sí. Nosotros aparcamos en la puerta de la Oficina de Turismo y desde allí comenzamos nuestro paseo.
Ginebra está considerada como una de las ciudades más caras del mundo. En general, Suiza tiene un nivel de vida muy elevado y eso se nota en sus calles, especialmente en las ciudades más grandes. Mucho lujo y mucho glamour el que desprenden algunos de sus turistas y habitantes. Coches baratos, pocos. Tiendas exclusivas y hoteles de gran lujo, muchos.
Pasamos por el HOTEL D’ANGLATERRE , el FOUR SEASONS o el MANDARIN ORIENTAL. Mucho nivel en todos ellos, sin duda.
Cruzamos el PONT DU MONT BLANC y contemplamos las vistas del LAGO LEMAN y el famoso JET D’EAU, una fuente que surge del lago y que se ha convertido en un icono de Ginebra. Es visible desde toda la ciudad y se trata de una de las fuentes más grandes del mundo.
Nos acercamos caminando al JARDIN ANGLAIS, un extenso parque lleno de vida y actividades varias para hacer. Desde allí se puede contratar algún paseo en barco por el Lago. Una actividad muy recomendable si se dispone de más tiempo. En el Jardin Anglais se encuentra L’HORLOGE FLEURIE (reloj florido) que no es ni más ni menos que un conjunto de setos de flores perfectamente recortados y que conforman un reloj que funciona.
Y llegó el momento de adentrarse en el centro de la ciudad. Nos acercamos a la zona comercial donde abundan las tiendas de marcas caras, especialmente. Ya eran alrededor de las 17,30 de la tarde y las tiendas estaban medio cerradas.
Nos acercamos a la CATEDRAL DE SAINT PIERRE y desde allí a la IGLESIA ORTODOXA RUSA, que nos hacía mucha ilusión ver por lo pomposo y curioso de sus cúpulas. Pues después de la larga caminata hasta llegar a ella…estaba tapada por obras de restauración. Y es que esto es algo que suele pasarnos bastante en los viajes…grrr! Os dejo una foto que he cogido de internet para que veáis lo bonita que es.
Después de este chasco volvimos caminando hacia el casco histórico y callejeamos por sus bonitos rincones.
Hicimos una parada en la PLACE BOURG DU FOUR, una preciosa plaza llena de terrazas y restaurantes. Un lugar perfecto para hacer un alto en el camino en el centro histórico de la ciudad.
A continuación nos dirigimos hacia la zona del Ayuntamiento donde justo al lado se encuentra el Parque de los Bastiones. Allí, como curiosidad, pudimos ver el que se dice que es el banco más largo del mundo. Hablo de un banco para sentarse porque de guardar dinero en Suiza hay muchos pero no son largos….jajaja.
Bajamos caminando por la Calle Rampe de la Treille y fuimos a dar con la PLACE DE NEUVE, donde se encuentra el GRAN TEATRO DE GINEBRA y el MUSÉE RATH así como el típico café restaurante Le Lyrique que ofrece cocina francesa tradicional en un ambiente muy parisino.
Desde la plaza nos fuimos paseando por la Rue de la Corraterie, una calle comercial bastante concurrida. Fuimos a dar con la orilla del Río Ródano que desemboca en el Lago Léman. Allí, en la orilla del río nos encontramos multitud de bares y terrazas donde la gente estaba tomando el llamado «after-work», o la copita después de trabajar. Había un ambiente genial pero nosotros proseguimos nuestra visita. Nos acercamos de nuevo al Jardin Anglais y allí pasamos el resto de la tarde hasta que nos retiramos al apartamento a descansar.
Chamonix nos había alucinado y Ginebra nos había gustado muchísimo más de lo que esperábamos. Un consejo: no hagáis siempre caso a las opiniones generales sobre ciudades porque a veces lo que a uno le gusta, al otro no y viceversa. Lo mejor: descubrir los sitios por uno mismo y que no te lo cuenten.
¡FELIZ DÍA!
Hola desde Argentina! vamos a hacer este viaje pero en Enero/ Febrero. Alguna recomendación con respecto a las rutas? Gracias!
Saludos!!!
Ale.
Qué bien! Es un viaje precioso. En esas fechas estará todo nevado y hará mucho frío pero tiene que ser espectacular. Tened en cuenta las distancias porque al ser zona de pistas de esqui habrá bastante más tráfico y gente en general, supongo. Pero seguro que los disfrutáis al máximo. Un saludo desde España!