Annecy, una de las localidades más bellas de Francia. Uno de los pueblos con más historia y uno de los más tranquilos y apacibles de los Alpes franceses. Bueno, si obviamos la cantidad de turismo que recibe cada año.
Annecy se encuentra a menos de una hora de la ciudad suiza de Ginebra y aproximadamente a una hora y media de la ciudad francesa de Lyon.
Está situada a orillas del Lago Annecy y en un punto medio a casi la mista distancia de Suiza que de Italia. Es un pequeño pueblo lleno de rincones con encanto y de imágenes que parecen sacadas de un fondo de pantalla de esos que ponemos en nuestro ordenador. Es de esos lugares que vas recorriendo despacito, sin prisa y en los que vas abriendo más y más la boca a medida que vas girando esquinas, cruzando puentes y bajando pequeñas escaleras.
La llaman la Venecia de los Alpes y no es para menos. Sus callejuelas repletas de canales que van a dar al Río Thiou y de allí, al Lago Annecy hacen que te enamores de ella en el minuto uno.
Nosotros llegamos a Annecy y fuimos directamente a nuestro alojamiento, situado en la afueras, a unos 10 minutos en coche del casco histórico de la población. Nos alojamos en un fantástico apartamento en Pringy: Residence du Village. Super bien equipado, espacioso y limpio. Estuvimos como en casa y con el coche aparcado debajo de nuestra ventana.
Después de la duchita pertinente y el descanso de 20 minutos, nos encaminamos hacia Annecy. Debido a la gran cantidad de turismo que recibe la ciudad, el tema de aparcar era un poco complicado. Por tanto, no nos molestamos ni en buscar sitio. Aparcamos en el parking (4,50€) situado a los pies del ayuntamiento (un parking gigante) y desde allí comenzamos nuestro paseo.
Las distancias son pequeñas y se puede recorrer Annecy en unas tres horas sin perdernos casi nada. Nuestra primera parada fue el Lago Annecy y el Pont des Amours del cual se dice que si los enamorados se besan en el centro permanecerán juntos para siempre.
El Lago Annecy es uno de los lagos más limpios del mundo. Tiene una extensión de 25 kilómetros cuadrados y está rodeado de altas montañas que conforman un paisaje espectacular.
Una de las actividades, entre muchas otras, que se pueden hacer en el lago es tomar un barquito y hacer un pequeño crucero. Varias son las empresas que ofrecen esta posibilidad. Nosotros no lo hicimos pero si disponéis de tiempo aquí os dejo enlace a una de ellas: Compagnie des Bateaux. Los tickets se pueden comprar allí mismo, no es necesario adquirirlos con antelación.
En Les Jardins de l’Europe, la zona próxima al Lago, hay infinidad de actividades para hacer con los niños: montar en carrousel, alquilar bicicletas con forma de caballitos de madera, hacer un picnic en la hierba, tomar un helado de los puestos callejeros, etc. Se puede pasar allí la mañana y la tarde tranquilamente y no os faltarán planes.
Desde la zona del Lago Annecy seguimos nuestro paseo y nos adentramos en el Casco Histórico del pueblo. Allí también hay muchas cosas que ver: Catedral de San Pierre, Castillo de Annecy, Palais de L’Île (un icono de la población), Place Sainte Claire, Monasterio de la Visitación o la Iglesia de Saint François.
Mi consejo: perderse por las calles de Annecy sin rumbo fijo y disfrutar de todo sin buscar nada en concreto. Pasear y pasear, mirar a la gente, sentarse en unos escalones a tomar un helado, tomarse una cerveza en una terraza, degustar la gastronomía local (fondue, tartiflette o crêpes) en alguno de sus montones de restaurantes.
Annecy tiene mucho que ofrecer a nuestros sentidos: olores, sabores, paisajes encantadores y una gran cantidad de planes solos o en familia que harán que queramos quedarnos allí unos cuantos días más. O plantearos veranear allí como nos pasó a nosotros en Annecy y en un montón de sitios de los que visitamos en esta Ruta por Europa. Europa es preciosa e infinita.
Después de callejear un buen rato, decidimos poner rumbo al apartamento y descansar porque el día siguiente se presentaba movidito. Nos resistíamos a irnos y os digo que nos costó un montón decidir si cenábamos allí y disfrutábamos un rato más de Annecy o si nos íbamos y reponíamos fuerzas para la siguiente etapa. En pocos sitios nos ha costado tanto irnos…jajaja. Habíamos estado más de tres horas dando vueltas por allí y nos había sabido a poco.
Finalmente nos preparamos una deliciosa cena en nuestro apartamento y nos fuimos a descansar soñando con Annecy y con los lugares tan geniales que nos esperaban al día siguiente. Estábamos ansiosos por ver el Montblanc y por descubrir la ciudad suiza de Ginebra. ¡Íbamos a cambiar de país! El segundo de los siete que nos esperaban en esta maravillosa ruta europea.
¡FELIZ DÍA!
Pues la verdad es que después de ver las fotos dan muchas ganas de pasar unas vacaciones en Annecy y conocer las costumbres de esa Francia. Como siempre me ha encantado tu post Ana.
Muchísimas gracias! El pueblecito es una maravilla… Te recomiendo visitarlo! Un besazo
Que te parece visitarlo en febrero?